La Innovación en la Educación Superior

12 mayo, 2021

Comité Innovación 2do Congreso EDUTIC Online 2021
Autora: Clery L. Neyra V.
Fecha: Abril 2021

Resumen
Al hablar de innovación y agilidad, las instituciones de educación superior de Latinoamérica indican que aún es un reto constante: se percibe que la educación va algo más lenta que otros sectores del quehacer de cada uno de los países, sin embargo, hay esfuerzos por fomentarla y, también, a la transferencia en la red dado que los problemas suelen ser similares y por ello se busca potenciar innovación inter-instituciones. En ese sentido, un gran reto que se observa es el acceso a mecanismos de financiamiento y la heterogeneidad de focos de fomento a la innovación dentro de cada institución. Por esto, es momento de que las universidades, instituciones y escuelas trabajen en un plan holístico y estratégico de innovación que permita el crecimiento de las organizaciones de una manera sostenida, ágil y de impacto en la sociedad.

Palabras clave
Educación superior, innovación, educación remota de emergencia.

«La innovación no va ligada a la perfección.
Innova y lanza, después tu entorno te ayudará a perfeccionar».
Bernardo Hernández

Todos estamos conectados sin importar edad, sexo, esfera social, país o idioma. Con los límites territoriales sobrepasados, hoy el mundo está creando conexiones distintas que democratizan el acceso a la información, crean vidas paralelas con avatares y logran la socialización a través de una pantalla. Estas nuevas conexiones pueden atribuirse al crecimiento de la productividad: en Estados Unidos, entre los años 1870 y 1950, aproximadamente el 85% tuvo lugar en la economía a través de la innovación según un documento de la OCDE. Esto no fue una anomalía individual ya que el mismo documento también detalla hallazgos casi idénticos en otras economías en diferentes épocas.
Para Global Innovation 1000 existe una clara diferencia tanto en el crecimiento de los ingresos (11%) como del EBITDA (22%) a favor de las organizaciones más innovadoras. Estas cifras muestran que las empresas innovadoras no solo crecen más rápido, sino que son más rentables que el resto. Las tecnologías y su evolución van desde la nube, Big Data, Inteligencia Artificial, redes sociales, movilidad, hasta el Internet of Things, y son facilitadores de la transformación o causas de las necesidades de adaptación ya que afectan el comportamiento de los consumidores. Así, también, son aceleradores de la innovación y fomentan la necesidad de una mirada holística de esta revolución que genera una nueva forma de ver el mundo y un cambio en la sociedad.
Las empresas hoy tienen clientes más exigentes, que piden velocidad, inmediatez, que gritan por experiencias y que viven a través de una pantalla. Lo que ha cambiado es el ritmo con el que debe ocurrir la innovación. Los días de desarrollar una ventaja competitiva que perdurará por décadas han pasado. En esta era exponencial el ritmo de cambio requiere que las organizaciones generen rápidamente los tipos de ideas que les permitirán adoptar la disrupción digital y reimaginar todo lo que hacen. Es que, en un mundo de límites borrosos en las industrias, la innovación efectiva requiere que se institucionalice la capacidad para crear una cartera continua de ventajas en forma de innovaciones derivadas, adyacentes y revolucionarias. Dicho camino para la gestión de la innovación debe identificar los desafíos generales o las «brechas» que la organización está tratando de superar. Observar el rendimiento pasado, actual y futuro proyectado y las tendencias que afectan a la empresa o industria ayudarán a los líderes a detectar estas «brechas».
Definir cómo la innovación ayudará a cerrar brechas en el contexto particular de una empresa es la base de la estrategia de innovación. Dependiendo de éstas, la respuesta podría estar en una combinación de productos, servicios, procesos y capacidades comerciales, experiencias del cliente y modelos operativos nuevos y novedosos. La aceptación de los altos ejecutivos es esencial para este proceso ya que los resultados son directamente proporcionales al compromiso de liderazgo. No solo debe haber acuerdo en que la innovación es importante para el éxito futuro de la organización, sino que el proceso requiere un gobierno sostenido y un compromiso de recursos. Además, se necesitan las personas, procesos y tecnología adecuados para crear una capacidad de gestión de la innovación que esté siempre activa, generando y convirtiendo continuamente ideas en ideas con valor. Esto ayudará en un proceso de adaptación sistémico y en seguir siendo relevante para el mercado.
La bibliografía sobre las escuelas de administración comenta acerca de la relevancia que toma en las organizaciones la productividad laboral como forma de lograr que el trabajo se realice con el menor gasto combinado de esfuerzo humano, capital y materiales. En ese sentido, se generan procesos, controles y métodos que aseguran la máxima productividad de una persona asumiendo un rol dentro de la organización –esto último bajo la premisa de que las personas tienen un mismo molde, una misma cultura, las mismas experiencias, la misma forma de ver el mundo y, por consiguiente, todos pueden y deben generar un resultado dentro de un entorno de funciones y responsabilidades. Esta forma de trabajo, durante los últimos años, ha dado resultados en las organizaciones; pero, el crecimiento y la rentabilidad han avanzado con velocidad y aceleración conferida por la estructura, por líderes que toman las decisiones, por planes estratégicos, entre otros.
Nuevos conceptos y formas de abordaje dan lugar a libros como La Administracion: Tradición y Renovación de Omar Aktouf (2001) donde se trata, entre otros temas, el rol del ser humano en las organizaciones: el mismo que trasciende a las funciones o un rol dentro de la empresa, donde el bagaje y experiencia del ser humano pueden generar mayores aportes para ella. Ese rol activo es capaz de tomar de decisiones, está empoderado y, por tanto, comprometido con los resultados.
El trabajo dentro de la empresa va más allá de procesos, formas, métodos y controles y da lugar a una nueva forma que busca una relación de ganancia a través de la libertad con el trabajador y con el ser humano, al que se la da a conocer el propósito de la organización. Todo ello se basa en el logro de objetivos que agregan valor por encima del rol. El ser humano debe saber qué hacer y por qué para poder brindar a las organizaciones el cómo. Desde nuestra óptica, logrando que el crecimiento de la empresa no se limite a la estructura, líderes y planes de la organización, sino a un conjunto activo de creación de valor desde la suma de todas las partes de la organización, se permite que el ser humano brille, trascienda y tenga un propósito que de sentido a su crecimiento personal y profesional. Todo lo anterior propone que Aktouf (2001) tenga una posición donde se plantea un viraje que permite que las reglas actuales sean evaluadas y eliminadas para dar paso a nuevas condiciones que permitan la flexibilidad, la adaptación, diversidad lógica, sentido común, movilización, polivalencias, democratización de la información, autonomía y empoderamiento, principalmente.
Recientemente se han tenido reuniones con varios líderes universitarios de Sudamérica quienes, al hablar de innovación y agilidad, indican que aún es un reto constante. Siempre se puede ser más ágil, trabajarse en planes transversales para generar innovación y pasarse por procesos de restructuración de la institución/escuela para potenciar la innovación con la finalidad de que la academia aporte más a la industria y viceversa. En otros casos, se percibe que las instituciones van algo más lentas en temas de innovación; sin embargo, hay esfuerzos por fomentarla y, también, a la transferencia en la red dado que los problemas suelen ser similares y por ello se busca potenciar innovación inter-instituciones.
Otro aspecto a considerar es el trabajo en una cultura abierta para fomentar la innovación. Hoy en día se suele trabajar por áreas, se recogen indicadores y se tienen concursos. Pero, claramente, debe ser un proceso articulado para formentar la innovación desde la base. En ese sentido, un gran reto que se observa es el manejo del presupuesto y de los marcos legales para contextualizar la transferencia de tecnología y colaboración. Hay instituciones que tienen asignado presupuesto para tener docentes con metas de foco en innovación, pero ello ha permeado a todo nivel la importancia de la innovación y la transferencia. En este marco se trabaja en un portafolio para postular a proyectos de innovación y priorización y parte de esta etapa de aprendizaje es que cada proyecto avanza solo pero cuando se articula, se potencia.
Algunas instituciones educativas mencionan que los recursos del estado aún son bajos. En esa línea, las instituciones con carga 100% online tienen un presupuesto ajustado. La estrategia es trabajar en adquirir fondos de diferentes instituciones y lograr fondos públicos con equipo interno dedicado. También, hay aquellas instituciones que no tienen el marco estratégico y, por tanto, no tienen asignado presupuesto específico para innovación. Lo que se tiene son proyectos para fomentarla, pero no es algo transversal a la organización. Por eso, es momento de que las universidades, instituciones y escuelas trabajen en un plan holístico y estratégico de innovación que permita el crecimiento de las organizaciones de una manera sostenida, ágil y de impacto en la sociedad.

“La innovación es un proceso articulado que involucra a toda la organización, potencia el pensamiento de los individuos y con ello se reinventa la empresa y sociedad”
Clery L. Neyra V.