El despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia y la implementación de estrategias remotas para la continuidad de los procesos de formación durante la pandemia, no solo representa un reto para las instituciones educativas; la labor docente estuvo expuesta a infinidad de inquietudes con respecto al uso adecuado de las tecnologías para el desarrollo de los aprendizajes, a través de herramientas no relacionadas con la presencialidad, situación que provocó incertidumbre en las dinámicas formativas, donde el docente no solo era el mediador para la adquisición de conocimientos, sino que era el encargado de rediseñar los ambientes propicios para el aprendizaje, ambientes que debían ser totalmente diferentes a lo planeado inicialmente en sus diversos espacios académicos.
El reto más representativo en esta búsqueda de alternativas para de alguna manera seguir conectados y dar continuidad a los procesos de formación, es la resistencia que poseen algunos docentes a las transformaciones didácticas y pedagógicas que ocasionó la emergencia sanitaria, por ende, aprender a desaprender lo que por años hemos implementado para orientar las clases, se convirtió en esa tarea elemental de los docentes con mayor tiempo en aula presencial, quienes por temor, desconocimiento, inexperiencia y egos académicos, no creían en la capacidad de generar aprendizajes significativos a través de mediaciones tecnológicas sincrónicas y asincrónicas.
“Reaprender es una tendencia de actualizarse cambiando los paradigmas. Es volver a experimentar mediante un proceso voluntario, utilizando nuevos patrones para resignificar y recodificar experiencias. Es reintegrar y reincorporar nuevas conexiones con una meta; proceso que promueve mayor conciencia o más metacognición. Es desestimar y hasta eliminar responsablemente lo que ya no sirve y aprender algo de forma distinta a la que durante años hemos realizado. Reaprender implica un esfuerzo personal y más coraje para innovar como resultado de mucha investigación». Educ Med Super vol.29 no.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2015
De esta manera, reaprender nuevas formas de impartir conocimientos y de orientar procesos de formación representa una tarea esencial de los docentes, quienes por su formación académica pensaban que las cosas podían seguir haciéndose de la misma manera y funcionaban sin reparos, aprender a desaprender nos obliga a encontrar nuevos caminos que nos permiten llegar al mismo lugar, es aprender a dinamizar lo que por experiencia ya tenemos interiorizado y aceptar que las transformaciones actuales
educativas no solo las ocasionó la pandemia, sino que las condiciones culturales, económicas, sociales y geográficas de nuestros estudiantes, obligan a que los procesos de reaprendizaje sean continuos y acordes con esas necesidades formativas, a que sean los docentes quienes sigan liderando los procesos de innovación educativa y más en un país como Colombia, el cual requiere con urgencia transformaciones académicas para hacer de la educación una estrategia de justicia, de igualdad, de oportunidades, de paz y de construcción de una escuela -país para todos nuestros niños, jóvenes y adultos.
Es una tarea de responsabilidad y compromiso con nuestra sociedad.
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